sábado, 1 de noviembre de 2014

NÚMERO 131 / NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2014

EDITORIAL

Vecinos: política municipal y municipalismo

No somos CIUDADANOS. Somos VECINOS. Cuando uno, para significar su papel en la vida pública, se define como "ciudadano" está describiendo la situación insana y antinatural que se produce cuando se considera a cada ciudad como una mera masa de individuos. Pretendiendo resaltar la peculiaridad de cada individuo los ciudadanistas allanan el camino de todas las tiranías posibles. No se dan cuenta -o sí- de que al ciudadano lo delimitan los ladrillos y la burocracia. Al vecino, en cambio, lo constituyen como tal las personas que le rodean, su prójimo. Un ciudadano es reemplazable por definición. Un vecino más difícilmente.

Ser "vecino" es proclamar con cordura la realidad innegable de que la ciudad se construye casa por casa, familia por familia, calle por calle, tejiendo una red de infinitas relaciones vecinales. En una ciudad o en cualquier otra comunidad política mayor así construida quien esté en la cúspide podrá dirigir, ordenar y arbitrar, pero jamás suplantar la libertad concreta ni manipular el bien común de la vecindad.

La política municipal lleva décadas adulterada por el sistema liberal porque se han empeñado en que sea como una fotocopia reducida de las grandes luchas partitocráticas. Gobierno-Oposición... Derecha-Izquierda... da igual que se trate de un villorrio de cincuenta vecinos. Lo importante es ganar: que ganen "los nuestros". No hay respeto por la vida de los pueblos o los barrios. En el mejor de los casos los partidos consideran a estas familias de familias como meros peldaños en su particular conquista del poder, banderitas para pinchar en un mapa de estrategia infantil.

El retorno del sentido político común tradicional, en la medida que sea recuperable, llegará como la victoria contra Napoleón, casa por casa, calle por calle. A reflexionar sobre esta posibilidad se dedicó el último Foro Alfonso Carlos I. No se pierdan las razones por las que hemos llegado a estas conclusiones: recuperar el patrimonio municipal; unidad espiritual para cada pueblo; bien común y no interés general; todos unidos, no partidos; espíritu de servicio; paz y bien para todos; libertad; freno al endeudamiento; austeridad; responsabiliad; subsidiariedad y cumplimiento de la palabra dada (mandato imperativo)... ¿Les parece poco?


***

Tema de portada
El municipio, principio y escuela de la vida política. Por Carlos Ibáñez Quintana
El municipio en España antes y después de las constituciones del modelo político liberal. Por Santiago Arellano
Una nueva desamortización está en marcha. Por Carlos Veci
¿Puede haber una Sanidad pública en el sistema tradicional?. Por Luis Ignacio Amorós
La economía en el municipio. Por Nicolás de Saracho
Reacción vecinal. Por Carlos Veci

Actualidad
El PP frena la ley (abortista) de Gallardón. Por Jorge Peño, Delegación Carlista de Vida y Familia
Biocombustibles: ¿Bio-propaganda o bio-estafa? Por Fernando López de Prado

Vida tradicionalista
El municipio como expresión social y ejercicio de libertades. XVI Convocatoria del Foro Alfonso Carlos I. Por José Fermín Garralda
El poder viene de Dios. Una instrucción para los carlistas. Por C.I.Q.
La soberanía popular. Por Zortzigarrentzale
Si Maragall calla, algo tiene en la garganta. Por Jaime Arriaga

Varios
Libros: "Morir bajo tu cielo", de Juan Manuel de Prada. Por C.I.Q.
Que alguien haga algo. ¡Empadrónate! Por Javier Garisoain 
BAZAR CARLISTA