Fue Baroja el que señaló que el
Carlismo se cura leyendo. Pío Baroja era un tipo con poco sentido del humor,
pero su aforismo se extendió en algunos círculos intelectuales y otros que, aun
queriendo parecer intelectuales, no lo eran tanto. De gente de esta calaña eran
también los que, con frecuencia cansina, repetían la broma de que el
“Pensamiento Navarro”, un conocido periódico carlista, era una contradicción.
Los muy graciosetes decían “¿Pensamiento?, ¿Navarro?, Imposible”. Pero,
mientras tanto, el pueblo navarro trabajaba y trabajaba, con la constancia que
le caracteriza. Dio a España escritores e intelectuales, profesores de varias
disciplinas. Siguió siendo Navarra una región próspera, de gente de bien y muy
carlista. Los hechos desmintieron a aquellos bufones. Esta forma de respuesta
muy factual, muy navarra, muy española; es la que adoptamos los carlistas, que
hoy podemos decir que Baroja escribía maravillosamente, pero no dejaba de ser
un cascarrabias amargado que nos juzgó a la ligera. De haber tenido más sentido
del humor, y de haber vivido en el siglo XXI (¡sí, en el siglo XXI!), le
hubiéramos invitado a asistir en Liria (Valencia) a la edición del Foro Alfonso
Carlos del que da cuenta esta revista. El Foro Alfonso Carlos se ha convertido
ya en una universidad que, itinerante por las Españas, imparte formación
política en clave tradicional. Con hechos, no palabras, nos presentamos los
carlistas ante los Barojas del mundo. Estamos aquí para recordarles que los
intelectuales sin sentido del humor son mucho más propensos a decir estupideces
y que somos gente que lee, que estudia y reflexiona. Y que actúa en
consecuencia.